Evangelio de Hoy
Evangelio según San Lucas 7,31-35.
Dijo el Señor: «¿Con quién puedo comparar a los hombres de esta generación? ¿A quién se parecen? Se parecen a esos muchachos que están sentados en la plaza y se dicen entre ellos: '¡Les tocamos la flauta, y ustedes no bailaron! ¡Entonamos cantos fúnebres, y no lloraron!'. Porque llegó Juan el Bautista, que no come pan ni bebe vino, y ustedes dicen: '¡Ha perdido la cabeza!'. Llegó el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: '¡Es un glotón y un borracho, amigo de publicanos y pecadores!'. Pero la Sabiduría ha sido reconocida como justa por todos sus hijos.»
Que bien que nos viene el evangelio de hoy! Jesús se tiene que confrontar con la dificultad del corazón de los hombres y de las culturas: el inconformismo!!! Él ve que es difícil, llevando adelante su misión, conformar a los hombres con su mensaje y sus milagros. El inconformismo es, a nivel existencial, la actitud que nace de no aceptar la vida como se da, así como también, a nivel religioso, querer manejar los planes de Dios y sus acciones de acuerdo a nuestros deseos, necesidades y perspectivas. Esta es una actitud que se respira a nivel social pero que también se vive a nivel personal. Detrás esta jugando solapadamente la tentación del egoísmo como también la soberbia (querer ser como dioses...o manejar a Dios).
¿Como resolver esta realidad? Podemos responder a dos niveles. A nivel de la relación testigo cristiano y mundo en donde vive hemos de buscar siempre crecer en el conocimiento de Cristo para anunciar el evangelio sin esperar una recepción victoriosa por parte del nuestra generación. Es verdad que tenemos que tener simpatía con el mundo que nos rodea, descubriendo los caminos, modos y lenguajes propios para anunciar el evangelio...pero el evangelio ha de ser testimoniado es su radicalidad en la cual se conjuga la verdad del amor y el amor a la verdad: y esto no siempre es fácil de aceptar. Pero también podemos leer la advertencia de Jesús a nivel personal: muchas veces se nos cuela este inconformismo. Por eso Jesús termina el evangelio invitándonos a pedir la sabiduría de Dios, esa intuición que viene de la fe para saber discernir los caminos de Dios para nuestras vidas, los modos por los cuales Él nos sale al encuentro, las maneras en las cuales nos colma con su gracia. Y esto es un don que hay que pedir pero también cultivar escrutando el modo de obrar de Dios en la historia de la salvación, como asegura el salmista hoy: "Grandiosas son las obras del Señor y para todo fiel, dignas de estudio."
Pidamos a Dios esta sabiduría, que sepamos descubrir el modo de obrar de Dios en nuestra vida, y sepamos vivir con alegría el anuncio del evangelio aunque no siempre seamos comprendidos.
Que la virgen, fuente de sabiduría, interceda por nosotros.
Buen miércoles!