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Ven y verás

Evangelio según San Juan 1,45-51.

Felipe encontró a Natanael y le dijo: "Hemos hallado a aquel de quien se habla en la Ley de Moisés y en los Profetas. Es Jesús, el hijo de José de Nazaret". Natanael le preguntó: "¿Acaso puede salir algo bueno de Nazaret?". "Ven y verás", le dijo Felipe. Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: "Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez". "¿De dónde me conoces?", le preguntó Natanael. Jesús le respondió: "Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera". Natanael le respondió: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel". Jesús continuó: "Porque te dije: 'Te vi debajo de la higuera', crees . Verás cosas más grandes todavía". Y agregó: "Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre."

¿Qué es la Iglesia? Al celebrar la fiesta del apóstol San Bartolomé la palabra y la liturgia nos invita a ir bosquejando una respuesta a esta pregunta y a implicarnos en aquello que no nos es ajeno sino que por el contrario nos implica y por tanto nos identifica. El apocalipsis, con su lenguaje simbolólico, nos habla de la iglesia como esa realidad que nace del misterio de Dios (desciende) realidad personal que guarda una íntima comunión de vida con Cristo (es su novia-esposa), realidad que es sensible (ciudad) en la cual habita Dios y su pueblo, por ende un espacio vital basado en las relaciones que se tejen con Dios y con los demás. Es un espacio abierto a todos (pórticos abiertos a los cuatro puntos cardinales) y cuyos fundamentos es la fe profesada y transmitidas por los doce apóstoles, fe que es un contenido sostenido por la relación de amistad-confianza con Jesús y que sostiene a todos los que entran en esta ciudad. Creo que a la luz de esta visión del apocalipsis hemos de este día volver, en nuestro diálogo con Dios, a revitalizar nuestro sentido de pertenencia a esta iglesia de la cual hacemos experiencia en nuestra gran mayoría en las comunidades parroquiales. Descubrirla como don de Dios pero también como espacio concreto en el cual a la vez que experimentamos la gracia y la vida de Dios se nos invita a formar parte (participar) de modo responsable para que sea en el amor mutuo la esposa de Jesús y atraiga a todos los hombres hacia él que es el Maestro, el Hijo de Dios, el Rey de Israel" que sale quiere salir al encuentro de todos en el anununcio y testimonio vivo de sus discípulos. Que la virgen María, modelo de lo que la Iglesia ha de ser, interceda por nosotros. Buen lunes


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