Donde hay dos o tres reunidos en mi nombre yo estoy presente en medio de ellos.
Evangelio según San Mateo 18,15-20.
Jesús dijo a sus discipulos: Si tu hermano peca, ve y corrígelo en privado. Si te escucha, habrás ganado a tu hermano. Si no te escucha, busca una o dos personas más, para que el asunto se decida por la declaración de dos o tres testigos. Si se niega a hacerles caso, dilo a la comunidad. Y si tampoco quiere escuchar a la comunidad, considéralo como pagano o publicano. Les aseguro que todo lo que ustedes aten en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desaten en la tierra, quedará desatado en el cielo. También les aseguro que si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá. Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio de ellos.
Jesús en el evangelio de Juan pide por la unidad de los q creen en él para que el mundo crea. La comunión de los creyentes es signo de credibilidad...y es obvio! Si el Dios amor y su anuncio no es capaz de producir en sus creyentes la vida nueva que promete...entonces no tiene peso. Que importante es entonces que los creyentes sepamos vivir la comunión y la unidad que Jesús ha creado. Que importante es que en Cristo y en el Espíritu sepamos ser hermanos bajo la.mirada de un mismo Padre. Como bien lo sabemos y experimentamos esta unidad no es fácil de vivir. Pablo en sus cartas no deja de catalogar todas las problemáticas que llevan a la destrucción de la unidad. Hoy la palabra de Dios nos ofrece herramientas y concretas: la primera es el reconocimiento de la bondad del otro y su misión en la vida del pueblo de Dios: es lo q hace el autor de la primera lectura que ELOGIA la memoria de Moisés y su docilidad humilde a Dios...aprender a valorarnos más y mirarnos desde la misericordia de Dios y no desde nuestro ojo crítico! La segunda es la corrección fraterna en donde la valentía al diálogo con el otro en su debilidad y pecado busca la reconstrucción de lo q se ha roto y el ayudar al otro en su camino de santidad...significa un descentralizarnos pues el acento ha de estar en FRATERNA y no en corrección. La tercera es la oración en común: sea para alabar y agradecer (salmo) sea para pedir (evangelio). La gran deuda de los cristianos y nuestra misión es ser en Cristo como un sacramento es decir signo e instrumento de la comunión de los hombres con Dios y entre si (lumen gentium 1). Te invito a que hoy nos unamos en la oración común para pedir por la unión de la Iglesia empezando por nuestra comunidades concretas conscientes de que el anunció del evangelio ha de ir acompañado no sólo por el testimonio personal sino también comunitario...recuerda lo que decían de los primeros cristianos: "miren como se aman". Que María madre de la iglesia ruege por nosotros. Buen más miercoles