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Olor a pólvora

Hoy te invito a conocer a Ignacio antes de ser Santo. A ver el contexto de su España natal y como era la vida de un hombre de la corte en esa época. ¿Cómo vivía el Santo antes de serlo? ¿Qué pasó exactamente el día que una bala de cañón disparada por un francés le dio en la pierna y le "arruinó su vida militar"?


La primera vez que Iñigo escuchó hablar sobre leales vasallos y caballeros, los ojos se llenaron de brillo; Su corazón latió rápido y lo dejó perplejo la fuerza con que sonaban las palabras dichas de la boca de un rey. Las noticias que llegaban a sus oídos sobre guerras, conquistas, del nuevo mundo, la "Liga Santa" y muchas cosas más hacían que un jóven soñara con todo eso. Se asemejaría hoy en día (salvando las distancias) a querer ser futbolista, jugar en la selección, ganar un mundial, meter un gol en la final. Los caballeros eran los futbolistas de aquella época. Eran admirados y vanagloriados por todas las cortes con festines en su nombre y fiestas. Un viejo refrán vasco decía que todo hombre que quisiera progresar en su vida, tenía 3 caminos: "Iglesia, mar o casa real" .

Para 1521 Ignacio estaba en Navarra (en la frontera con Francia) , espías infiltrados avisaban de movimientos militares en la tierra de los galos y esto no era sorpresa para nadie; La guerra era inminente. La vorágine de la guerra hace que para el día 17 de mayo Pamplona esté prácticamente sitiada y sea el objetivo de guerra. Al día siguiente sin oposición Pamplona está próxima a caer e Ignacio se encuentra con su hermano a las afueras de la ciudad, la lógica decía que èl debía tomar su caballo y retirarse, pero al contrario, el sentimiento de vergüenza que lo inunda no le permite irse, "pica espuelas" y se mete en la ciudad con un grupo de soldados a tratar de repeler a los franceses (misión que evidentemente era imposible). Se intentó una negociación, Ignacio no la aceptó y empezó la guerra.

Era una guerra desigual, David contra Goliat, para Ignacio era mucho más que una guerra, era la defensa del honor, el orgullo. Iñigo se confesó con uno de sus compañeros (según Santo Tomás no es pecado y "puede realizarse" en momentos cercanos a la muerte donde un sacerdote no está presente).

La guerra para Ignacio dura poco, el 20 de mayo, su vida cambia para siempre, suena el cañonazo. Por "imprudencia" no se proteje correctamente y la bala de cañón rebota, pasando "entre sus piernas" quebrándole por completo una y dejándole herida la otra. Dice en su autobiografía "cayendo él, los demás de la fortaleza se rindieron". Atrás iba a quedar el olor a pólvora en su vida. Desde ese momento en adelante, cambia ese olor por libros.. y como no podía ser de otra manera, por La Biblia.

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