San Ignacio de Loyola.
A mayor gloria de Dios.
Íñigo López de Recalde, el menor de 11 hermanos, nacido en España, más cerca de Francia que de Madrid. En tierra de Vascos y de guerras; De cortes, reyes, balas de cañón y olor a pólvora, Dios forjó el alma y el corazón de uno de los santos más importantes de la historia. San Ignacio de Loyola, fundó la compañía de Jesús en 1540 (momento en que fue aceptada por el Papa Paulo III) y desde ese momento los jesuitas se empezaron a movilizar por todo el mundo.
¿Que hace que un jóven orgulloso y pretendido por muchas mujeres, ensimismado y fanatizado con matar franceses y tácticas militares se transforme en santo? Los caminos de Dios son tan increíbles, que en las situaciones más lamentables, como la que le sucedió a Ignacio en Pamplona (una bala de cañón le quiebra la pierna) muestra el verdadero camino, que no es otro que "ser santo".
En esta semana te invitamos a conocer un poco más de la vida, infancia, obra y escritos que dejó San Ignacio. Los ejercicios espirituales escritos por él en Manresa, hoy en día siguen siendo un camino y un instructivo para todo aquel quiera alcanzar la santidad. Hoy Lunes, te invitamos a empezar este camino rezando la oración que San Ignacio creó para poner su vida en las manos del único general que nunca perdió una sola batalla contra el pecado.
Tomad, Señor, y recibid
toda mi libertad, mi memoria,
mi entendimiento
y toda mi voluntad,
todo mi haber y mi poseer.
Vos me lo disteis,
a Vos, Señor, lo torno.
Todo es vuestro.
Disponed a toda vuestra voluntad,
dadme vuestro y gracia,
que ésta me basta.